El pasado fin de semana fue agredido brutalmente, como todos sabemos, un joven en Alcalá. La verdad es que a mí los detalles del incidente son los que menos me interesan. Me interesan mucho más las causas del problema y los casos similares a éste que se van a producir a buen seguro en un futuro aquí y en otros lugares si no cambiamos algunas cosas de las que venimos haciendo.
En cuanto a la preveción, me parece prioritario el tratamiento de jóvenes como éstos y de sus familias por parte de los servicios sociales locales. En este caso, las familias de varios de estos individuos estaban formalmente tratadas, ¿pero lo estaban realmente?
Necesitamos abandonar muchos tabúes sociales, mucha progresía y mucha tontería si queremos ser efectivos.
Todos en general, pero sobre todo estas familias criadas en un ambiente tan peculiar, necesitan normas claras que cumplir y sanciones efectivas si no lo hacen. Esto, acompañado de todo el cariño del mundo, de todas las oportunidades del mundo; pero si incumples, pagas con algo que te duela realmente (y cuanto más pequeño empecemos con la receta, mejor). Cuando pagues, cariño, mucho cariño, oportunidades, muchas oportunidades; pero si incumples, pagas. Cuando pagues, cariño, mucho cariño, oportunidades, mucha oportunidades; pero si incumples, pagas... y así cuantas veces haga falta.
Sólo se transmite, de lo contrario, una impunidad que además es falsa, pues a estos chicos tarde o temprano les cae todo encima cuando ya es tarde y la redención no es posible.
En fin, que todos nos equivocamos, ya lo sé, que a lo peor esta fórmula tampoco funciona, ya lo sé; pero desde antiguo sabemos que sólo se equivoca el que prueba cosas nuevas (aunque parezcan viejas); ¡ah! y que de sabios es rectificar.
Buen fin de semana.
viernes, 13 de marzo de 2009
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